Ana Peleteiro revela las inseguridades con su cuerpo en su regreso a la pista tras ser madre: «Hubo un día que hasta lloré»

P. V. LA VOZ

DEPORTES

«Me voy a traer una medalla de París», le ha prometido la atleta ribeirense a Pablo Motos en su visita a «El Hormiguero», donde ha revelado el duro proceso que vivió tras su parto: «Fue un año muy duro, mental y físicamente»

16 abr 2024 . Actualizado a las 17:41 h.

La atleta ribeirense Ana Peleteiro ha vuelto a El Hormiguero por primera vez tras ser madre y le ha confesado a Pablo Motos sus inseguridades y complejos en su regreso a la competición de élite. «Fue horrible cuando volví», reveló sobre su estado físico, «en el Mundial, hasta hubo un día en el que lloré». Una reacción motivada por la comparación entre su cuerpo y el del resto de sus rivales. «Veía que no estaba como las demás, que están rajadísimas, con unos abdominales que flipas, y yo no me acababa de ver», dice.

En buena medida, gran parte del problema tuvo que ver con el atuendo con el que compiten, compuesto por un top y una braga. «Considero que no le hace justicia a mi cuerpo, tal y como estoy», contó Peleteiro, que acabó teniendo que usar su habitual talla S, dado que no había ninguna de tamaño superior. Resignada, se armó de valor y siguió adelante con el torneo, aunque reconoce que fue un momento complicado mentalmente. «Verme así en fotos y en la tele, es algo que aún tengo que trabajar mucho», reconoce, «tengo que aceptarme tal y como soy».

Por suerte, las atletas de la selección han conseguido, tras haberlo peleado mucho, cambiar el atuendo de cara a los torneos europeos, y podrán llevar, al igual que sus compañeros masculinos, un bodi deportivo. Peleteiro reconoce que, aunque desde el punto de vista atlético no supone ninguna diferencia, la ropa afecta en muchas ocasiones a la concentración. «Yo no quiero estar compitiendo y estar pensando si se me ve algo o no; como cualquier persona, yo también tengo mis defectos y mis complejos», declara rotunda, aunque sea capaz de identificar que solamente es un tema mental. «Cada vez hago más un ejercicio de sacármelo de la cabeza, porque soy consciente de que el complejo lo tengo yo», indica.

La recuperación posparto

Ana Peleteiro también se ha referido al proceso de recuperación tras el parto, que tuvo que ser por cesárea. «Cuando me lo dijeron, se me cayó el mundo encima», comentó la atleta, a la que le habían informado de que las consecuencias posparto de ese procedimiento hacían más complicada la recuperación, y que posiblemente no podría volver a competir con normalidad hasta pasados seis meses. «Hice los cálculos, y sabía que si perdía todo ese tiempo, no llegaba a [los Juegos Olímpicos de] París ni de coña», explicó.

Por suerte, tales augurios no se cumplieron, en gran medida, gracias al trabajo de la entrenadora personal Crys Dyaz. «Le debo la vida a ella», le agradece Peleteiro a la preparadora física, junto a la que abrirá pronto un gimnasio en pleno centro de A Coruña en el que también participa el gallego Lucas Vázquez.

La atleta volvió a las pistas mucho antes de lo que los médicos le habían pronosticado. «Dos meses después, ya estaba entrenando con Iván», comenta sobre un regreso que no fue fácil en absoluto. «Fue un año muy duro, mental y físicamente», ya que a su estado de forma se unían las pocas horas de sueño por el cuidado de la recién nacida Lúa. «Iba a entrenar sin haber dormido más de una hora», admite, «me sentía hiperlaxa y veía mi cuerpo completamente mutado».

De verlo todo negro a soñar con los 15 metros y la medalla en París

Del mismo modo que le habían deseado muchos de sus haters, también la propia deportista creyó por un tiempo que ya no volvería a ser la misma. «Pensaba que nunca más iba a saltar», confiesa.

Pero no fue así. Los entrenamientos de Peleteiro iban cada vez mejor, hasta el punto de que ahora ve incluso posible llegar a saltar 15 metros —su marca máxima está ahora en 14.75 m—, ya que «están pasando cosas». «Estoy haciendo cosas que nunca había hecho», adelanta, «yo misma estoy sorprendida del estado de forma en el que estoy, porque también estoy más expuesta a cualquier contratiempo».

Reparto de tareas con su marido

El cambio de los roles con su marido en las tareas de paternidad también ha tenido su efecto en el mayor rendimiento de Ana Peleteiro. Durante los primeros meses tras el embarazo, era ella la que se ocupaba del bebé en las noches, ya que él, en ese momento, tenía una mayor proyección deportiva. «Yo cubría las noches, hasta las 6 de la mañana, y él me hacía de 6 a 9; luego, yo dormía de 9 a 10 y me iba a entrenar después», detalla sobre los duros primeros meses de maternidad.

La cosa cambió a medida que Peleteiro iba mejorando en los entrenamientos y que tenía más posibilidades de conseguir unos buenos resultados en el Mundial y en los Juegos Olímpicos. «Ahora, la niña ya duerme toda la noche, pero él es el que se come más marrones, porque la que tiene más opciones de una medalla soy yo», explica.

La dura lesión de Yulimar que la deja más cerca del oro

«Hasta hace una semana, yo entrenaba para ser subcampeona olímpica», reconoce Ana Peleteiro sobre sus perspectivas de cara a los Juegos de París. Todo cambió con la lesión en el tendón de Aquiles de la venezolana Yulimar Rojas, que era hasta entonces la gran favorita para el oro. «Sentí mucha empatía, mucho dolor, me abracé a ella y empezamos a llorar», contó la ribeirense sobre su primera reacción ante la baja de su rival y amiga, «se me rompió el corazón e intenté que se sintiese lo más acompañada posible».

Una ausencia en los Juegos Olímpicos que, aunque beneficia a Ana Peleteiro de cara a la posibilidad de ganar un oro, también supone, en opinión de la gallega, una gran pérdida para el deporte. «Llama la atención en las pistas, y hace que haya gente que lo vea por ella», explica, «no tenerla compitiendo no es positivo para nosotras».

Aún así, Peleteiro no dejará pasar la oportunidad que se le presenta en los Juegos Olímpicos. «Me imagino que a ella también le alegrará si gano ese oro por ella», concluye, y tiene algo claro: «Me voy a traer una medalla».