El equipo que comenzó siendo de fútbol 7 por falta de jugadoras y que acabará siendo el Celta

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Telmo González y Yoli Lago, que estaban en los inicios del proyecto del Mos, valoran el paso de la unión con el club celeste

09 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta femenino será presentado esta tarde en A Madroa, que será su centro de operaciones, tras el anuncio el sábado del acuerdo con el Mos. Será en un acto en el que habrá presencia de autoridades y también de abonados -previa inscripción- y donde se darán más detalles de un proyecto del que todavía no se conoce demasiado. El comunicado del club hablaba de unión y en su visita a As Baloutas del domingo, la presidenta, Marián Mouriño, empleaba el término fusión.

Este acuerdo, del que tenía constancia antes de su oficialización, pilla fuera del Mos desde febrero a Telmo González, que fue el alma del apartado femenino del club amarillo durante diez años. Esta temporada la comenzó en labores de director deportivo tras muchos años en el banquillo, pero decidió dar un paso atrás hace unas semanas por motivos que nada tienen que ver con este cambio de realidad de la entidad mosense. «Yo me fui porque consideré que era el momento adecuado, pero fue antes de todo esto», aclara.

Aunque desvinculado, sigue siendo una voz autorizada para valorar este paso y asegura que lo vive con sentimientos positivos. «Me alegro por las jugadoras que van a tener la oportunidad de estar en el Celta», plantea. Además, su primera idea era que se prescindiría de la base, pero aclarado que sí se mantendrán tanto el equipo filial como el infantil y el cadete, lo ve con mejores ojos. «Es una ocasiób para crecer y contar con otros medios y otra estructura, aspirar a más cosas sin las limitaciones que había hasta ahora».

A la espera de conocer todos, los detalles, y sin querer aventurarse hasta que el acuerdo se conozca en su totalidad, sus sensaciones son positivas. «Que después de haber empezado con un equipo de fútbol siete porque no había jugadoras para fútbol once, se termine siendo el Celta es una buena forma de acabar un sueño para muchas como es el Celta femenino», ahonda. Celebra que sale beneficiado el fútbol vigués, de la provincia de Pontevedra y de Galicia. «Que las niñas que tengan cualidades tengan un club donde seguir avanzando es una buena noticia», subraya.

González ve este nacimiento el Celta femenino como «una mejora para las chicas y una alegría que las que tengan nivel puedan seguir y subir categorías». Porque recuerda que para lograr ascensos «se necesita un poder económico y una estructura que el Celta le puede dar» y que para el Mos era más complicado, pese a que habían conseguido subir a categoría nacional en el 2020 y se habían mantenido ininterrumpidamente, este curso, con la permanencia certificada desde hace semanas.

«Es un recompensa después de luchar para que el Mos estuviera donde está»

Yoli Lago era una de las capitanas del Mos en el momento en que este ascendió a categoría nacional, en el año 2020. Entonces, ella, con 37 años, decidió dejar el fútbol en activo. «Me veía mayor», cuenta entre risas cuatro años después. Ahora, vive de lejos, pero con la cercanía que da tener todavía contacto con gente del que fue su club durante ocho años, la noticia del acuerdo co n el Celta.

Para ella, que comenzó en aquel equipo de fútbol siete que no tenía efectivas suficientes para el fútbol once, el paso que se ha dado es «una alegría». «Después de mucho luchar para que el Mos femenino llegara a donde está, esto es una recompensa», valora. Y se acuerda de la figura de Telmo, el que fue su entrenador y al que vio pelear por este proyecto como nadie: «Hay que agradecérselo, porque fue el más luchador. Él es quien realmente hizo posible el Mos femenino», reivindica.

Lago es de la opinión de que el Celta femenino será «una motivación para las nuevas generaciones de niñas que están jugando al fútbol» o que se iniciarán de ahora en adelante. Preguntada por si le hubiera gustado que esto hubiera pasado cuando estaba en activo vistiendo de amarillo -hasta la fecha, color identificativo del Mos-, dice que «por supuesto», pero se centra en lo que viene. «Claro que me hubiera gustado, pero eso es pasado. Lo importante es para nuevas generaciones», zanja.

Admite que cuando se supo que el Celta construiría su ciudad deportiva en Mos, y siendo conscientes de que el equipo femenino era una asignatura pendiente del club celeste, las jugadoras fantasearon con lo que ahora es una realidad. «Se había comentado cuando el Celta vino para Mos que nos gustaría que fuéramos el Celta. Pero más que nada, eran ilusiones. Nunca pensé que pasaría».