¿Embarazos inesperados a causa del uso de Ozempic?: «No es que vaya a funcionar como un tratamiento para la infertilidad, ojalá»

LA TRIBU

La semaglutida fue aprobada inicialmente como tratamiento para la diabetes pero se ha mostrado efectiva frente a la obesidad.
La semaglutida fue aprobada inicialmente como tratamiento para la diabetes pero se ha mostrado efectiva frente a la obesidad. La Voz de la Salud

La semaglutida, desarrollada inicialmente como un fármaco frente a la diabetes, podría mejorar las probabilidades de embarazo en perfiles de pacientes con sobrepeso muy concretos

17 abr 2024 . Actualizado a las 12:06 h.

El 2 de agosto del año 2018 la semaglutida, comercializada bajo el nombre de Ozempic, se incluía en el catálogo terapéutico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). «Ozempic se usa para tratar a adultos a partir de los 18 años de edad con diabetes tipo 2 cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes», se puede leer en su prospecto. Es decir, fue aprobado como fármaco para aquellos diabéticos para los que otras alternativas del arsenal terapéutico como la metformina no eran efectivas para el control de su patología. Esta fue la primera revolución que provocó Ozempic, quizás la de menor calado, ya que medicamentos análogos del receptor del GLP-1, familia a la que pertenece Ozempic, ya existían mucho antes de la llegada de este compuesto. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, parecía funcionar más y mejor.

La segunda llegó de rebote y ha provocado que desde el mes de septiembre del 2023 existan problemas de suministro de Ozempic —sin fecha de resolución prevista por el ministerio—. Debido a las laxas normativas que existen en Estados Unidos sobre el uso de medicamentos y la facilidad para adquirirlos, se supo que lo estaban utilizando celebridades como Lady Gaga, Elon Musk o Kim Kardashian con el propósito de bajar unos kilos. Así se popularizó uno de los «efectos adversos frecuentes» de la semaglutida, según el propio prospecto: la pérdida de peso, propiedad que sirvió para reposicionar por completo el fármaco. Podría ser otra moda de ricos de Internet, pero era mucho más. La semaglutida —que en España está disponible desde mayo del 2020 también en forma de comprimidos bajo el nombre de Rybelsus— funciona como tratamiento contra la obesidad, patología que mantiene una estrecha relación con la diabetes tipo 2. Supuso sin atisbo de duda una hallazgo muy importante. Tanto es así que la revista Science destacó este compuesto como el avance científico más significativo del año 2023. 

La tercera no parece ser una revolución, pero sí hay conatos de revuelta. En las redes sociales se suceden los testimonios de usuarios de este principio activo que aseguran haber logrado la concepción después de iniciar el tratamiento con semaglutida. En Estados Unidos ya se habla de bebés Ozempic. «Estoy en tratamiento con semaglutida, también conocido como Ozempic y me he quedado embarazada», exponía la usuaria de TikTok @dkalsolive en esta red social. «Así que aquí va un poco de información de servicio para todo el mundo. Hay estudios que muestran que los fármacos GLP-1 hacen perder efectividad a los métodos anticonceptivos y que elevan tu nivel de fertilidad. Además, debéis dejar de usar esta medicación si os quedáis embarazadas. No soy médico, pero no lo toméis si estáis embarazadas. Yo he dejado de usarlo inmediatamente cuando descubrí que estaba embarazada y esta mañana hemos visto que el bebé está sano», explicaba esta influencer. Y la bola ha seguido creciendo. ¿Pero tiene todo esto algún tipo de sentido? Ana Sánchez Bao, endocrinóloga, ya adelanta que «no es que vaya a funcionar como un tratamiento para la gente infértil, ojalá fuese así». Sin embargo, la semaglutida sí puede ayudar a determinados pacientes a tener descendencia. Y las razones son relativamente sencillas, aquí no hay milagros. 

Semaglutida, ¿en serio tanta revolución?

Todos los años aparecen miles de fármacos nuevos. Lo que no es habitual es que un único compuesto acumule tantísima fama como la que se ha cultivado la semaglutida gracias a, principalmente, Ozempic. «Es un buen fármaco, sí; es una revolución importante, sí; ha cambiado muchas cosas, sí; es un milagro, no», puntualiza Sánchez Bao, que recuerda que, aunque puedan existir ayudas, los atajos no existen en la obesidad. Medicarse con semaglutida no tendrá ningún tipo de sentido si no se acompaña de un cambio de hábitos de vida —a través de la dieta y del ejercicio físico, que sustituya al sedentarismo—. 

«Creo que ha adquirido semejante repercusión porque ha habido gente muy famosa que ha empezado a usarlo, y de ahí pasó al gran público. Antes de Ozempic, ya existían medicamentos que los profesionales y pacientes que estaban directamente implicados conocíamos. En Estados Unidos, las primeras versiones de esta familia de fármacos —análogos de GLP-1— ya estaban disponibles alrededor del 2007. Pero ahora empiezan a usarlo famosos, de ahí pasan a las redes, de las redes a los medios de comunicación... Es como una mancha de aceite que se va extendiendo», dice Alfonso Vidal, secretario de la Sociedade Galega de Endocrinoloxía e Nutrición para justificar su relevancia.

Si quieres conocer en profundidad cómo funciona Ozempic, qué tipo de personas pueden acceder a este tratamiento a través de la seguridad social o entender cómo funcionan los análogos de GLP-1, en La Voz de la Salud hemos publicado varios reportajes sobre este tema. Sin embargo, conviene recordar un dato demoledor para entender lo que ha supuesto Ozempic, al menos en el terreno del dinero. Cuando se preveía que en el último trimestre del año 2023 la economía danesa cayese en recesión, el país acabó experimentando un incremento del 0,4 % de su PIB. Un crecimiento liderado por el sector farmacéutico y, en concreto, a que Novo Nordisk, propietaria de la patente de Ozempic, registró un incremento de casi el 51 % de su beneficio neto en el pasado año.

Fertilidad y semaglutida

Actualmente se barajan tres teorías que buscarían explicar este supuesto baby boom en personas tratadas con semaglutida: el primero sería que, de alguna manera, Ozempic interfiere con los métodos anticonceptivos más utilizados —básicamente la píldora—, reduciendo su efectividad; la segunda explicación sería una relación simple de causa y efecto —a menor sobrepeso, mayor fertilidad—; la tercera se basa en que la semaglutida muestre algún tipo de beneficio en pacientes son síndrome de ovario poliquístico por lo que, resuelto el problema, más posibilidades de embarazo. 

Primera hipótesis: Ozempic resta efectividad a la píldora anticonceptiva

Tanto Ozempic como Rybelsus, cuyo principio activo es la semaglutida, son fármacos desarrollados por la farmacéutica danesa Novo Nordisk. En la ficha técnica de Ozempic remitida por el laboratorio a las distintas sociedades médicas, existe un apartado sobre los efectos secundarios de este medicamento produce sobre la fertilidad humana: «Se desconoce el efecto de semaglutida sobre la fertilidad en los seres humanos». Así de claro. Si bien se adjunta algún dato sobre los efectos apreciados en ratas —nada especialmente llamativo—, su efecto sobre la capacidad de concebir un bebé en seres humanos es una incógnita. Falta investigación robusta para un fármaco sobre el que, sencillamente, no ha habido tiempo para estudiar. Vamos sobre la marcha, pero esto no es sinónimo de improvisación. Todos los fármacos pasan por una cuarta fase en sus ensayos clínicos en la que los usuarios reportan nuevos efectos adversos no apreciados en los ensayos previos. 

Fases de un ensayo clínico

Fase I. Se realiza sobre personas sanas, nunca sobre pacientes. En esta fase se trata de comprobar que, cuando menos, el producto es seguro. Puede ser publicitado y los participantes pueden ser retribuidos.

Fase II. Se realiza sobre un número reducido de pacientes. Se busca seguir testando su seguridad y empezar a comprobar su eficacia. Los costes se multiplican. No se puede publicitar ni retribuir a los participantes.

Fase III. La seguridad ya está clara y se amplia de manera contundente la muestra de pacientes para engrosar realizar un estudio científico potente que servirá para construir el dosier del producto que se acabará remitiendo a las autoridades sanitarias. Puede durar varios años antes de iniciarse la fabricación y distribución.

Fase IV. Se trata de una fase de seguimiento. Se produce después de que el producto esté autorizado y sirve para controlar posibles efectos secundarios.

Del mismo modo, en esta información remitida por el laboratorio, se detallan las interacciones con otros medicamentos de la semaglutida y existe una referencia explícita a los anticonceptivos orales. «No se prevé que semaglutida disminuya el efecto de los anticonceptivos orales», se expone en la ficha técnica. Es más, el laboratorio «recomienda que las mujeres en edad fértil utilicen métodos anticonceptivos durante el tratamiento con semaglutida». 

«Creo que la interferencia con los anticonceptivos orales podemos descartarla, está bien descrito en la ficha técnica y generalmente cuando un medicamento llega al mercado ya ha pasado por una serie de ensayos clínicas que permiten afirmar que no interfiere con la píldora de forma segura», comenta Alfonso Vidal, portavoz de la SGENM. Es una opinión que comparte María José García Barrado, titular de farmacología en la facultad de Medicina en la Universidad de Salamanca: «Los fármacos que se unen mucho a proteínas plasmáticas como la semaglutida sí pueden tener interacciones con otros fármacos. Pero, tras revisarlo, en el caso de la semaglutida no se han visto interacciones con anticonceptivos orales». Por tanto, no existe evidencia científica que nos haga creer que la píldora funciona peor cuando un paciente se está tratando con semaglutida. 

Segunda hipótesis: menos obesidad, más fertilidad

Los expertos coinciden en un hecho irrefutable. «Sabemos que las personas con obesidad tienen problemas de fertilidad, tanto hombres como mujeres; que mejoran ante pérdidas de peso significativas», comenta Alfonso Vidal, algo que refuta la endocrinóloga Sánchez Bao: «Sabemos de siempre en medicina que perder peso ayuda a mejorar la fertilidad». Por tanto, existe una relación directa entre obesidad e infertilidad. Al mejorar la primera condición, lo hará también la segunda. «Es lógico que personas con obesidad que usen GLP-1 mejoren su fertilidad». No hay mucho más que rascar ni mayores incógnitas. Es algo obvio y probado.

Tercera hipótesis: Ozempic, ovario poliquístico y fertilidad

La tercera hipótesis también es plausible. La semaglutida puede mejorar el síndrome de ovario poliquístico y, a través de esta consecuencia, producirse una concepción donde antes era improbable. «En el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), el sobrepeso es un factor de riesgo. Además, sabemos que la resistencia a la insulina, que es un poco ese mecanismo 'averiado' que hace que una persona pueda padecer diabetes tipo II, es frecuente en pacientes de ovario poliquístico. Al usar este tipo de medicamentos y a través de la pérdida de peso, el síndrome mejora. De hecho, algunos medicamentos clásicos de la diabetes como la metformina, tienen su uso en el SOP. Lo que queda por dilucidar es si estos medicamentos tienen un efecto beneficioso directo sobre la fertilidad, si existe un mecanismo de acción a través de la fertilidad directamente o solo a través de la pérdida de peso. Se irá investigando y es posible que esta información mañana ya esté obsoleta», vaticina Vidal.

Ana Sánchez Bao profundiza entre esta relación entre la influencia del ovario poliquístico y metabolismo. «Ozempic también permite que los pacientes pierdan grasa, lo cual provoca mejorías en la función ovulatoria y hormonal y en ese eje cerebro (donde se produce la hipófisis) y las gónadas. Al tener efectos concretos sobre la resistencia a la insulina, que es una situación metabólica que ocurre normalmente en el ovario poliquístico, también mejora la ovulación. En resumen, resultará más fácil que una mujer se quede embarazada. Insisto, en absoluto va a servir como un tratamiento para personas infértiles, pero sí puede contribuir a regular esa parte hormonal (hipófisis-gónadas)».

En resumidas cuentas: sí. Es probable que, dado el efecto de la semaglutida en pacientes con resistencia a la insulina —recordemos que no deja de ser un fármaco indicado para la diabetes tipo 2—, y que la resistencia a la insulina es un signo habitual en pacientes con SOP, el uso de semiglutida palíe en parte los problemas para la concepción en esta parte de la población. 

La navaja suiza de Ozempic

¿Pero es que Ozempic vale para todo? Ni mucho menos. «Cualquier persona que vaya a una clínica de fertilidad lo primero que les van a recomendar es que pierdan peso. Que mejoren sus hábitos de vida y tengan pérdida de peso», remarca Vidal. El caso de Ozempic recuerda al de otros muchos medicamentos que empezaron su trayectoria y acabaron siendo otra completamente distinta. El ejemplo más obvio es el de la aspirina, un analgésico que hoy en día es una pieza clave en el control de los accidentes cerebrovasculares

Aunque su inesperado poder adelgazante, que es real, lo haya rodeado de un aura milagrosa, la indicación de la semaglutida es clara: En España está indicado para pacientes de diabetes tipo 2. Pero claro, el caramelo es goloso. ¿Un medicamento que logra que la gran mayoría de los pacientes bajen de peso de forma efectiva y que ha probado sus niveles de seguridad? No hay que ser un lince para darse cuenta del filón empresarial que supone encontrar uno de los santos griales de la industria farmacéutica —similar a lo que supondría encontrar un fármaco eficaz frente a la calvicie—, un problema de salud con una incidencia altísima y prácticamente huérfana de tratamientos farmacológicos efectivos hasta la fecha. 

«El fármaco milagro, ese que nos pone a todos guapísimos y delgadísimos no existe», María José García Barrado se afana en rebajar la euforia. «Creo que revolucionario, para la obesidad, no hay nada. Ante este problema lo que se necesita tener unos hábitos de vida equilibrados. Lo que no podemos es hincharnos a comer, hacer una vida sedentaria y luego pincharnos algo una vez por semana. Estos fármacos son antiguos, no te creas que es de ahora». La principal novedad de Ozempic es, además de un mayor efecto a la hora de perder peso, su facilidad para la administración y que se trata de un fármaco financiado. «Por ejemplo, el hermano mayor del Ozempic que era el Victoza (Liraglutida) ya estaba comercializado para su uso en obesidad bajo el nombre de Saxenda, pero no está financiado». apunta el secretario de la SGENM.

 En cualquier caso, es cierto que se ha visto potencial a la semaglutida en otros ámbitos. «Sí han visto bueno es que disminuye la presión arterial; que puede ser beneficioso en otros campos. Lo que pasa es que conocer todos estos datos no es algo de de hoy para mañana. Todo esto hay que demostrarlo», recuerda la titular de farmacología. En esta navaja suiza llamada semaglutida también se han deslizado posibles efectos sobre la reducción del deseo de beber alcohol e, incluso, pensamientos suicidas en pacientes, casos que la agencia del medicamento islandesa solicitó a la EMA investigar. 

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.