El «catorce treinta» clásico de clásicos

MOTOR ON

Santi M. Amil

José Luis Álvarez rescató en Ramirás (Ourense) un Seat 1430 de 1973 que llevaba parado desde 1994 y era de un emigrante que solo le daba uso una vez al año. Está en estado original, a excepción de las llantas. Un coche que triunfó en el asfalto y en las competiciones.

18 mar 2024 . Actualizado a las 11:32 h.

El Seat 1430 cumple 55 años ganando peso entre los aficionados al mundo del motor. Fue un coche muy utilizado en competiciones deportivas y presentado por la entonces famosísima actriz y locutora de radio y de televisión Laura Valenzuela. El conocido como «catorce treinta» es un modelo fabricado en la zona franca de Barcelona, con licencia Fiat, entre 1969 y 1975, y basado en el 124 especial italiano, con elementos del Fiat 125, que le confirió un sello diferenciado español. Se convirtió en un coche único, aunque con muchos elementos comunes con su hermano el Seat 124, que se había lanzado en 1968.

Caracterizado por su frontal de doble faro cuadrado, salieron modelos de cuatro y cinco puertas, con tracción trasera y motores delanteros de 4 cilindros, que arrancaban con 1.438 centímetros cúbicos y 70 caballos de potencia. Hubo muchas variantes preparadas por carroceros y talleres para ser utilizados en competición. Incluso la propia Seat puso en el mercado el 1.600 especial o FU00 y, más tarde, el FU10, con 1.8 litros, para «correr». La publicidad de la época hablaba de la posibilidad de superar «cómodamente» los 150 kilómetros por hora y «sostenerla con plena seguridad de los pasajeros». El velocímetro marcaba los 200, para apuntar maneras frente a los 160 que marcaba el Seat 124D. Era el deseado por muchos conductores, al combinar velocidad y lujo. El cantante Julio Iglesias fue propietario de uno de ellos, matriculado en Madrid y de color azul, que salió a subasta no hace mucho.

En los seis años que estuvo en producción se comercializaron poco más de 250.000 unidades en tres series distintas, en las que había pequeñas diferencias estéticas y de equipamiento, convirtiéndose en un modelo premium y potente del 124.

El interior del 1430 era de más calidad y lujo que el del Seat 124. Asientos especiales envolventes, reposacabezas opcionales, amplia guantera, un cuadro de instrumentación más completo, con cuentarrevoluciones, y estéticamente más atractivo, eran algunos de los rasgos diferenciadores.

La primera serie se caracteriza por la parrilla frontal cromada y unos pilotos traseros sencillos. En la segunda serie pasa a ser de color negro la calandra delantera e incorpora aireadores traseros. Además, las ópticas posteriores crecen en tamaño. En la tercera serie se incorporan nuevos colores o unas ranuras bajo la parrilla frontal y sobre el paragolpes, entre otras pequeñas actualizaciones estéticas, aunque son más acusadas en los motores. Cada serie estuvo en producción sobre dos años.

Fue un coche que utilizaron la Guardia Civil, la Policía Nacional y los taxistas. El modelo familiar tuvo mucho éxito en la sociedad de la época por su versatilidad.

En la actualidad existen piezas de repuesto sin problema para mantener este modelo y una amplia variedad de precios, según el estado de la unidad.

José Luis Álvarez Alonso, que guardaba ya en su garaje de Ramirás (Ourense) dos clásicos, un BMW y un Lancia, se hizo hace poco con una unidad del «catorce treinta». Se trata de un coche matriculado hace medio siglo, de color blanco, de la segunda serie, que se encuentra en estado de museo. Lo compró a un emigrante ourensano que estaba en Estados Unidos y que solo utilizaba este coche durante un mes de vacaciones en verano, algo muy habitual en otra época en la provincia. Aún son muchos los coches de los setenta y ochenta que ocupan garajes de viviendas en desuso. Estuvo en funcionamiento hasta 1994, momento en el que se guardó en un garaje en perfecto estado y se elevó para su mejor conservación.

José Luis Álvarez lo compró en el 2022 y el odómetro marcaba 40.767 kilómetros. Mantiene la pintura original en blanco de Seat y el interior está impecable, con tapicería roja sin roturas ni los desgastes clásicos en estos modelos. El cuadro se mantiene también sin las roturas típicas del plástico por efecto del sol, que presentan la mayoría de los modelos de la casa con esta antigüedad, y conserva el equipo de música de la época original con casete. Al motor poco hubo que hacerle para ponerlo en marcha, cambios de aceite, filtros, manguitos, bombas y pastillas. Del estado original solo hay un cambio notable: José Luis Álvarez ha querido ponerle los discos de chapa de los FL de 5,5 pulgadas y monta unas ruedas más anchas, de 185, aunque conserva las originales y los tapacubos centrales con el brillo inicial. Este aficionado al motor, que es además un verdadero artista de la talla y construcción, disfruta de esta unidad por las carreteras ourensanas y en su casa, donde construyó con ladrillos de «más de cien años» una puerta de inspiración egipcia donde le gusta lucir sus clásicos.

Laura Valenzuela lo presentó y Julio Iglesias tuvo uno de color azul