«Pero no sé cómo será seguir siendo médico»

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

28 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Que un hombre con su capacidad de análisis haya señalado que la situación de los médicos en España iba camino de emular a la de los esclavos médicos romanos merecía provocar, además de la sonrisa, una reflexión. Pero pasaron nueve años. Si ese hombre es el profesor Sánchez Salorio, sus análisis deberían verse como el compromiso con su profesión, pero también como grave preocupación de lo que sucede con la sanidad, y no solo la pública, en nuestra sociedad. Por eso el homenaje, en su cabo de año, del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña es ocasión para recordar algunas de sus reflexiones.

Acudo para ello a un manuscrito borrador que, con su generosidad, puso a mi disposición en el año 2015. Era una pieza de una de sus múltiples conferencias. Algo así como: Cambio de papeles en la función social del médico (Reflexiones sobre una peripecia), donde, con una erudición y el atreverse a saber, desgranaba la historia de la medicina asociada a la tecnología y a las organizaciones y en cada tiempo en respuesta a la realidad social. El reto individual de curar a un paciente se transforma en un reto colectivo. La Administración asume la responsabilidad de la asistencia médica. «El médico es valorado por su capacidad de despachar más pacientes en la unidad de tiempo. La medicina es sintomática y polifarmaceútica. Pero la gran respuesta es el hospital». «La medicina es ya medicina interna. Pero para ver y conocer ese dentro hacen falta aparatos. La ciencia moderna es la que otorga poder y eficacia al médico». Y la eficacia, para Salorio, residía en las pequeñas organizaciones en red, y es enormemente crítico con la actual organización hospitalaria: «En el fondo, nadie sabe lo que hay que hacer con los hospitales».

El profesor Sánchez Salorio pronostica que los médicos acabarán en la «proletarización», con condiciones de trabajo poco saludables y precarias y salarios escasos, hecho que debería alertarnos del camino emprendido con la sanidad. «Entre los médicos se detecta un clima general de desmotivación social, de cansancio psicológico, de actitud nihilista ante cualquier propuesta de respuesta creativa». Sánchez Salorio sostenía hace nueve años: «Vale la pena ser médico, pero no sé cómo será seguir siendo médico».

Nueve años después de este interrogante, no sorprende encontrarnos con un médico especialista que, luego de seis años de carrera, uno al menos de oposición mir y cuatro o cinco de especialización, al cabo de tres años de ejercicio haya decidido dejar su profesión e iniciarse en filología románica. O escuchar a la número 1 del mir 2024: «Quiero elegir dermatología o endocrinología, para tener calidad de vida». O seguir el consejo de otro lúcido médico y profesor a un mir: «Elija una especialidad que no le haga depender de un hospital». Según una encuesta del Consejo de Colegios Médicos, el 35,3 % de los médicos españoles se declaran insatisfechos con el ejercicio de su profesión. Necesitan tiempo, y no les sobra.