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Adiós a Almoga, la sociedad de ganadería de carne del norte de la Terra Chá: «Sin ganado no hay cooperativa»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

GANADERÍA

La ganadería vacuna de carne era la actividad de los socios de Almoga
La ganadería vacuna de carne era la actividad de los socios de Almoga Óscar Cela

La entidad afronta la disolución tras un descenso del número de socios y de las reses enviadas al matadero

25 abr 2024 . Actualizado a las 20:30 h.

Fin de etapa para Almoga (Alta Montaña Galega), cooperativa que agrupara a responsables de explotaciones de ganadería de carne del norte de la Terra Chá. Vilalba, Xermade y Muras aportaron la mayor parte de socios a una entidad que empezó a dar los primeros pasos a finales del 2011 y que estableció su sede en el casco urbano vilalbés. La entidad llegó a rondar el medio centenar de socios, pero el número fue bajando hasta los 41, de los que diez están cerca de la jubilación, y algunos otros, ya sin ganado. Así las cosas, se están dando pasos hacia una disolución tras una disminución de la masa social comprometía la viabilidad del proyecto: «Sin ganado no hay cooperativa», dijo este lunes Susana Trastoy, que fue gerente de la entidad.

«Hoy es complicado», reconoció Trastoy. Explicó que resultaba difícil inculcar a los socios la necesidad de aportar cuotas para el mantenimiento de una sociedad, ya que, dijo, «los ganaderos están acostumbrados a cooperativas que no cobran». El funcionamiento de almacenes o de fábricas de pienso da unos ingresos que una pequeña cooperativa no consigue, agregó. Los socios empezaron pagando un euro al mes por cada vaca de más de dos años, lo que excluía la aportación de cantidad alguna por toros o por novillas. La cuota mensual subió luego a dos euros. En los últimos tiempos el número de vacas de los socios estaba en torno a 1.100, menos de las que había hace años.

La cooperativa tenía una persona contratada, que ya terminó su vinculación laboral, y en algún momento contó también con otra a media jornada. Los trámites actuales van encaminados a la convocatoria de una asamblea en la que se debatirán las cuentas del año pasado, y más adelante se celebrará otra en la que tratará la disolución. La situación económica, dijo Trastoy, no es complicada ni causa de la disolución: «La cooperativa no se disuelve por números rojos; se disuelve para evitar los números rojos», subrayó.

Almoga comercializaba reses de los socios, a los que daba también asesoramiento técnico y cobertura legal. Los becerros se llevaban al matadero de Novafrigsa, en Lugo, tras haberse mandado antes a otros. La venta de carne troceada y fileteada no llegó a formar parte de la actividad, aunque sí hubo una atención a la agricultura. La cooperativa se preocupó, a finales de la pasada década, por la recuperación del chícharo da cova, una variedad de guisante cuyo cultivo se realizaba en décadas pasadas en la parroquia xermadesa de Momán.

La sociedad se sumó, junto con el Centro Tecnolóxico da Carne y con la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca) a un proyecto de grupos cooperativos dentro del programa comunitario Feder, lo que supuso una subvención de 30.500 euros. Se fueron repartiendo semillas a agricultores y a ganaderos, y a finales del verano del 2020 empezó a llegar el producto a tiendas y a restaurantes, con un precio aproximado de 3,50 euros por kilo. Quedan algunas personas que lo cultivan, que lo venden y que guardan semillas.

En cuanto al futuro de quienes formaban Almoga, Trastoy ve probable que algunos socios se integren en otra cooperativa, aunque concede, en cambio, poca probabilidad a la creación de otra. Entre los socios que a finales del 2011 crearon Almoga había 29 que antes fueron miembros de Xertigán

Una entidad creada tras al abrupto final de Xertigán

En el 2006 nació Xertigán. Su aparición fue resultado de la fusión de Xertiriz, cooperativa centrada en el sector lácteo con socios en Xermade y en Guitiriz, y de Gandeiros da Chaira, orientada al sector cárnico y con una masa social residente en el municipio xermadés y en el vilalbés. La entidad surgió con 200 socios, de los que 133 pertenecían a Xertiriz y 67 a Gandeiros da Chaira.

Ampliar servicios y actividades fue una de las metas de la cooperativa desde el inicio. En Momán (Xermade), donde tenía la sede, montó un supermercado, y dio pasos para la venta de carne preparada y fileteada. Sin embargo, a principios de la pasada década empezaron los problemas, que se reflejaron en cuestiones como retrasos en el pago de la leche. Hubo marchas de ganaderos, a lo que reaccionó la cooperativa cerrando un acuerdo con Danone para que fuese la multinacional la que recogiese directamente la producción en las explotaciones.

La situación no mejoró, y tuvo además complicaciones laborales, con demandas de trabajadores. La entidad -que llegó a tener más de veinte empleados y una facturación anual de casi siete millones de euros, más del cuádruple del presupuesto del Concello de Xermade en el 2012- acabó entrando en liquidación.